Ruidos y chasquidos en la mandíbula

¿Qué son los ruidos, los clics en la mandíbula y porqué los tengo?

La articulación temporomandibular o ATM está formada por los huesos mandibular y temporal. Esta articulación la conforman una cápsula articular, ligamentos, músculos y un disco que debe situarse entre ambos huesos y que se desliza en condiciones normales para adelante y para atrás siguiendo el movimiento de la mandíbula durante la apertura y cierre de la boca.

Figura 1. Anatomía de la región mandibular (Extraído de Neumann 2017)

Esta articulación, al igual que otras del cuerpo puede sufrir algunas lesiones que te dan algunos signos y síntomas muy característicos.

Figura 2. Sonidos y bloqueos articulares de la ATM (Ohrbach et al 2011).

Como vemos, el dolor con ruidos está muy asociado, pero existe la posibilidad de tener ruidos sin dolor, así como bloqueo de la mandíbula en diferentes situaciones de apertura bucal.

Normalmente aparecen estos síntomas vienen asociados a patologías como desplazamiento del disco con o sin reducción, osteoartrosis de la ATM o osteoartritis de la ATM. Mayoritariamente esto se da en adultos, aunque pueden darse también en niños y adolescentes con la distribución que podemos observar en la figura 3.

Figura 3. Prevalencia de patología articular de la ATM según edad (Valesan et al 2021).

DDwR: Desplazamiento del disco con reducción; DDwoR: Desplazamiento del disco sin reducción; OAts: Osteoartritis; OArs: Osteoartrosis

¿Cuáles son los factores que nos pueden llevar a sufrir estos ruidos o bloqueos en la ATM?

Edad:
El primer factor como hemos visto es la edad. Es más probable sufrir patología de la ATM a mayor edad. Esto no es ningún secreto, a más tiempo de vida, mayor oportunidad de sufrir enfermedades. Pocas son las patologías musculo esqueléticas de gran prevalencia que disminuyen con el tiempo.

Oclusión:
La forma en la que encajan los dientes siempre se ha mantenido como un factor relevante. Nada más lejos de la verdad esta afirmación es FALSA hasta el momento y numerosos estudios indican precisamente que NO EXISTE UNA RELACIÓN entre la oclusión y padecer ruidos o bloqueos articulares (Gesch et al. 2005; Mohlin et al. 2007; Manfredini et al. 2017).

Bruxismo:
Aunque el papel del bruxismo todavía está por encontrar su lugar exacto en este tema, sí existe reporte de asociación entre mayor tensión/rigidez de los músculos masticatorios y la presencia de rigidez en la apertura bucal o bloqueo mandibular, aunque existen investigaciones a favor y en contra de esta hipótesis (Manfredini et al. 2010; Schogel et al. 2012; Jiménez-Silva et al. 2016).

Morfología de la articulación:
Esta cuestión fue abordada y se identificaron 5 tipos de forma diferentes para el disco y 4 formas diferentes para la articulación y del disco (Figura 4 y 5.) 

Figura 4. Formas del disco (Serindere et al 2021).

A) Bicóncava; B) Biplanar; C) Biconvexa; D) Hemiconvexand y E) Doblada (folded)

Figura 5. Formas de la eminencia temporal (Serindere et al 2021).

A) Caja; B) Sigmoide; C) Aplanada y D) Deformada

Ninguna de las formas del disco se asoció con mayor o menor prevalencia de clics articulares o bloqueo de mandíbula mientras que sólo la forma aplanada (C) de las formas de la eminencia temporal se asoció con alguna condición de patología articular.

Por lo tanto, solamente una forma podría estar relacionada con sufrir esta patología, luego veremos que más podemos comentar al respecto de la forma aplanada.

Masticación:
La forma en la que masticamos puede influir en la aparición de patología articular. De hecho, las personas que tienen una masticación unilateral ya sea predominante o consistente tienen una probabilidad media de 4,5 veces más a padecer trastornos de la ATM, llegando a ser de hasta 15,3 veces mayor (Santa-Mora et al. 2021).

DISCUSIÓN

Los dos últimos puntos son de especial interés y juegan un papel muy destacado. El desarrollo de la articulación mandibular está directamente relacionado con el desarrollo del individuo en las primeras etapas de la vida. Al nacer, la articulación tiene forma aplanada, permitiendo a la mandíbula movimientos en dirección anterior y posterior que se relacionan con la función de alimentación en esas etapas de la vida, es decir, permite el movimiento de succión.

A medida que se empieza el destete y se empiezan a introducir alimentos más consistentes aparece el movimiento de masticación. La masticación aparece antes que los dientes de leche, de hecho, es un estímulo para la aparición de éstos y, además, moldea la superficie articular de la mandíbula durante el crecimiento, que en su mayor medida se realiza en los primeros 14 años de la vida. Una alteración de la masticación temprana puede llevar a un déficit de estímulo en el lado contrario a la masticación, de manera que la ATM no se moldea, es decir, no pasa de la forma plana hacia una de las otras formas de la Figura 5.

Algunos factores pueden contribuir a desarrollar una masticación unilateral, tanto en la niñez como en la adolescencia y la adultez. 

La falta de piezas dentales puede actuar como factor limitante a una masticación compensada, y cuantas más piezas faltan, mayor es la posibilidad que eso ocurra. El hecho no es que falten piezas, es que su falta condicione la masticación.

Lo mismo puede ocurrir con el dolor dentario o de una de las ATM, que puede llevar a condicionar la masticación evitando usar el lado afectado por el dolor. Cuanto más tiempo se mantenga la masticación unilateral, mayor será la probabilidad de que alguna de las articulaciones temporo-mandibulares sufra patología articular.

CONCLUSIONES

  • Los principales factores asociados con los ruidos articulares tienen que ver con la estructura y la función.
  • La estructura está estrechamente condicionada por la función, especialmente en los primeros años de vida.
  • La masticación parece ser el factor más involucrado en la aparición de ruidos articulares en la mandíbula.
  • Cualquier factor que altere la capacidad masticatoria, como la pérdida de fuerza de los músculos masticatorios, la falta de alimentos duros o la pérdida de piezas dentales puede actuar como factor contribuyente.

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BIBLIOGRAFIA

– Neumann, Donald, A. KINESIOLOGY of the MUSCULOSKELETAL SYSTEM. Foundations for Rehabilitation. 2017. 3rd edition.

– Ohrbach R, Fillingim RB, Mulkey F, Gonzalez Y, Gordon S, Gremillion H, Lim PF, Ribeiro-Dasilva M, Greenspan JD, Knott C, Maixner W, Slade G. Clinical findings and pain symptoms as potential risk factors for chronic TMD: descriptive data and empirically identified domains from the OPPERA case-control study. J Pain. 2011 Nov;12(11 Suppl):T27-45.

– Valesan, L. F., Da-Cas, C. D., Réus, J. C., Denardin, A., Garanhani, R. R., Bonotto, D., Januzzi, E., & de Souza, B. (2021). Prevalence of temporomandibular joint disorders: a systematic review and meta-analysis. Clinical oral investigations25(2), 441–453.

– Serindere G, Aktuna Belgin C. MRI investigation of TMJ disc and articular eminence morphology in patients with disc displacement. J Stomatol Oral Maxillofac Surg. 2021 Feb;122(1):3-6.

– Santana-Mora, U., López-Cedrún, J., Suárez-Quintanilla, J., Varela-Centelles, P., Mora, M. J., Da Silva, J. L., Figueiredo-Costa, F., & Santana-Penín, U. (2021). Asymmetry of dental or joint anatomy or impaired chewing function contribute to chronic temporomandibular joint disorders. Annals of anatomy = Anatomischer Anzeiger : official organ of the Anatomische Gesellschaft238, 151793.

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